© Fernando Sarabia

Camarero sírvame,

una copita de buen vino

que lo que acabo de ver,

no me presta ni un respiro

no le importe qué hora es,

pués los relojes los detengo

hasta que me sirva usted.

Es de noche, ya lo sé,

hace horas que no duermo

pero hábleme de usted,

de ese chiste que se acuerde

no me deje comentar

el disgusto que me ahoga

y que quisiera olvidar.


Ya pasó, ya pasó, ya pasó, ya pasó,

ya pasó por mi esquinazo el lamentar

Ya pasó, ya pasó, ya pasó, ya pasó,

ya pasó por mi esquinazo el lamentar

que las copas a mi vera sentaré.


Otra historia que archivar,

otro imbécil que ha caído

en el juego del amor,

ese vino amigo mío

que no quiero soledad y

brindemos brazo en alto

por los tiempos que vendrán.

Fué lo último que vi,

el reflejo de esa copa

apurándole el final,

no saldé ninguna cuenta

solo pude emborrachar y

mi cuerpo al día siguiente

con resaca nada más.


Ya pasó, ya pasó ...

Ya pasó